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Marta Furzi

Las consecuencias sociales del abandono de Facebook por los jóvenes.


Pese a que durante años la influencia de Facebook aumentό de forma constante y considerable, ya asistimos a un cambio de tendencia, en especial en el mundo desarrollado. Sin embargo, en escala mundial, el número de usuarios sigue creciendo, puesto que va incrementándose el número de personas que acceden a internet.

No obstante, es el número de los adolescentes estadounidense que está bajando.

Según estudios al respecto, en 2015 el 71% de los adolescentes estadounidense que accedían a Internet tenían Facebook, pero ahora apenas la mitad lo hace, puesto que prefieren usar otras plataformas como por ejemplo Instagram u Snapchat.

David R. Brake, investigador y educador, entiende plantear cómo ese dicho cambio de tendencia puede afectar a la sociedad.

Él afirma que, siendo el número de los adolescentes estadounidense el que va disminuyendo, se puede mirar el acontecimiento desde un punto de vista económico, o sea que son los ricos que están “imponiendo” ese cambio.

Además, es importante averiguar las razones del cambio en las pautas de comunicación, así como tener en cuenta las consecuencias sociales que eso conlleva.

Facebook, por encima de los aspectos negativos como la escasa confiabilidad de las noticias difundidas, tiene, por otro lado, muchos aspectos positivos. Gracias a FB, en efecto, los jóvenes pueden organizar eventos, grupos políticos, asimismo seguir en contacto con los conocidos y compartir noticias. Por lo tanto, es una herramienta imprescindible gracias a la que los jóvenes pueden participar activamente en la vida social y política. Igualmente, Facebook proporciona un amplio abanico de tipos de datos que se pueden compartir, como vídeos, fotos, enlaces textos y otras cosas.Por lo contrario, plataformas como Snapchat e Instagram están centradas en imágenes y el intercambio de ideas y noticias no juega un papel fundamental. Consecuentemente, si los adolescentes adinerados dejan Facebook, ya no pondrán disponer de todo lo que ofrece y, al mismo tiempo, su marcha de Facebook podría fragmentar la sociedad entre pudientes y pobres.

Incluso, vale la pena analizar también el cambio del canal a través del que se van a transmitir noticias, o sea, el vídeo. Como dicho antes, plataformas como Instagram y Snapchat favorecen el uso de vídeos al de texto. Durante los principios de Internet, la comunicación en los foros públicos estaba basada en el texto. No obstante, la cantidad de texto que se usa diario en Internet para la comunicación se va reduciendo cada día más, fíjense, por ejemplo, en las imágenes de Instagram que se publican sin ningún texto. Con respecto a la diferencia que hay entre texto e vídeo, los investigadores opinan que el primero permitiría la participación de todos tipos de personas sin hacer caso a la raza, clase social, género u otras pistas sociales. Entonces, aseguraría una mayor igualdad de condiciones. Por supuesto, dichas pistas no se podría ocultarlas en los vídeos. También, los vídeos implican recursos y aparatos caros, a la hora de utilizar técnicas avanzadas de sonido, iluminación y diseño. Y en caso de que el vídeo llegue a ser al alcance de todos, hay el riesgo de que se cree un entorno en las redes sociales en el que se compartirán imágenes y fotos sin texto, solo para hablar de cosas superficiales. De ahí que sean, otra vez, los más pudientes los que dominaran la esfera pública del vídeo en Internet.

En conclusión- apuntala Brake- en vez que preguntarse si las redes sociales son buenas o malas, sería razonable concienciar a los jóvenes sobre un seguro y correcto utilizo de ellas y asimismo tratar de entender cómo las diferencias sociales, debida a grupos de usuarios, distintos por procedencia social, afectan a la sociedad.

Autor: David R. Brake

Fuente: El País

Traducción: de NewsClips


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